viernes, 8 de noviembre de 2013

La ruta Ho Chi Minh: eje logístico clave en la Guerra de Vietnam


La ruta Ho Chi Minh, que debe su nombre al entonces presidente de Vietnam del Norte -y principal artífice de la independencia frente a Francia- supuso un verdadero quebradero de cabeza para el mando de las fuerzas de Vietnam de Sur y Estados Unidos. Comprendía una gigantesca red de senderos y caminos que configuraban la principal vía de abastecimiento para el Vietcong, así como de movimiento de tropas hacia Vietnam del Sur. Esta red de senderos, que en total sumaban más de 16.000 kilómetros de longitud, comenzaba cerca de Hanói y finalizaba en Saigón, discurriendo a través de la jungla por zonas de montaña, en torno a la frontera de Vietnam con Laos y Camboya (y muy importante, a través del territorio oriental de estos países, controlado por comunistas).


El envío de armas por esta ruta entrañaba dificultades, pero era aún más complejo para sus enemigos detenerlos: miles de caminos cubiertos por la frondosa jungla, en un terreno que los vietnamitas conocían a la perfección. ¿Qué estrategia podían seguir las tropas estadounidenses? En primer lugar, se tendió hacia el corte de estas líneas de suministro y movimientos mediante el establecimiento de bases militares cercanas -caso de Khe Sanh-. De este modo, se enviaban patrullas para que actuasen de un modo puntual interceptando un eventual objetivo. Si tenemos en cuenta que estas bases constituían un elemento fijo frente a la inmensidad de la jungla -y senderos- que el Vietcong podía emplear, resulta evidente que la iniciativa corría a cargo de los norvietnamitas. A ello debemos sumar su conocimiento del terreno, el empleo de la táctica de la guerrilla y el uso de numerosas trampas sencillas, pero ingeniosas y mortales, lo que mermaba la capacidad de acción de estas patrullas.

Por otro lado, para tratar de mermar los movimientos del Vietcong en la ruta Ho Chi Minh, se recurrió al bombardeo aéreo y a una de las medidas más traumáticas a la postre para miles de vietnamitas -e incluso soldados estadounidenses-: el lanzamiento de un herbicida conocido como agente naranja desde aviones para arrasar amplias áreas de jungla y eliminar la cobertura que los árboles brindaban al Ejército de Vietnam del Norte y al Vietcong.

Consciente de la gravedad del problema, el mando estadounidense apremió a la toma de medidas que diesen un giro a la situación. De este modo, en abril de 1970, el presidente Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger ordenaron la invasión de Camboya, donde se creía que los comunistas vietnamitas contaban con bases y almacenes. En efecto, las operaciones militares en Camboya lograron destruir gran cantidad de armas y municiones y, considerando que en Laos, al norte, habría más almacenes enemigos, se planificó una nueva operación. Pero la invasión de Camboya había ocasionado numerosas protestas entre la sociedad estadounidense -la opinión pública era cada vez más contraria a la presencia en Vietnam- y una enmienda del Congreso prohibía a las tropas combatir fuera de territorio vietnamita. De este modo, el ataque a Laos corrió a cargo de las Fuerzas Armadas de la República de Vietnam (Vietnam del Sur). Fue la Operación Lam Son 719 y resultó un fracaso.

La ruta Ho Chi Minh, siempre hostigada por los B-52, se mantuvo operativa hasta el final del conflicto. Las tropas estadounidenses se retiraron en 1973, abandonando a su suerte al Gobierno del Sur.
 

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